Sobre el TOC

¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?

Se trata de un trastorno en el que la persona se ve atrapada en un círculo de obsesiones y compulsiones.

Las obsesiones son pensamientos, imágenes, sensaciones o impulsos persistentes que aparecen sin que la persona lo desee y que generan ansiedad y angustia.

Las compulsiones son comportamientos o actos mentales que la persona realiza para intentar deshacerse de las obsesiones y disminuir la ansiedad. De este modo, se siente atrapada en un círculo de obsesiones y compulsiones que afecta negativamente su vida.

¿Cómo saber si tengo TOC?

Tipos de TOC

Estos son los tipos de Trastorno Obsesivo Compulsivo más frecuentes.

Consiste en la presencia de pensamientos repetitivos respecto a hacer daño a otras personas, a uno mismo o a animales. La persona no quiere tener estos pensamientos y siente miedo a perder el control y ejecutar estos actos violentos.

Algunos ejemplos de pensamientos son:

– “¿Y si me clavo este cuchillo?”

– “¿Y si me tiro por la ventana?”

– “¿Y si empujo a alguien a la carretera?”

– “¿Y si quiero abusar sexualmente de alguien?”

– “¿Y si hago daño a mi hijo/a?”

– “¿Habré atropellado a alguien sin darme cuenta?”

Pueden llegar también imágenes en las que la persona se ve haciendo daño a alguien o a sí misma, así como el impulso de hacer daño.

El afectado suele evitar situaciones, personas, animales y/o objetos relacionados, como por ejemplo: quedarse a solas con alguien, asomarse a ventanas, estar con los hijos o familiares, ir a la cocina, coger cuchillos, conducir, etc.

Se trata de pensamientos, imágenes o sensaciones repetitivas que contradicen la orientación sexual de la persona. No se desea tener estos pensamientos o imágenes y se siente miedo a poder tener una orientación sexual contraria a la que se tiene hasta el momento.

Se distingue de las dudas que pueden aparecer puntualmente o de un problema de aceptación de la propia sexualidad en que, en el caso de las obsesiones, la persona no siente una atracción sexual, sino un intenso miedo y malestar. En este sentido, alguien heterosexual experimentaría duda y un intenso miedo a ser homosexual o bisexual; y alguien homosexual percibiría dudas y miedo a poder ser heterosexual.

Algunos ejemplos de estas obsesiones son:

-“¿Y si soy gay/lesbiana?”

-“¿Y si en verdad me gustan los hombres/las mujeres?”

-“¿Y si me estoy equivocando con mi orientación sexual?”

-“¿Tengo gestos que indican que soy gay?”

-“Si me he fijado en ese hombre/esa mujer, ¿será que me gusta?”

-“Seguro que todo el mundo piensa que soy homosexual”

También pueden aparecer imágenes intrusivas de contenido sexual diferente a la orientación sexual de la persona.

Consiste en la presencia de pensamientos o imágenes repetitivas de tipo sexual que son desagradables para la persona. No se desea tener estos pensamientos y se siente miedo a poder sentirse atraído sexualmente o a querer llevar a cabo prácticas sexuales moralmente inaceptables.

Algunos ejemplos de pensamientos son:

– “¿Y si me atrae sexualmente mi hermana, padre, madre, etc.?”

– “¿Y si me atraen sexualmente los niños/as?”

– “Si me he fijado en ese/a niño/a, ¿será que me gusta?”

– “Si pienso que mi hijo es guapo, ¿será que me gusta?”

– “¿Habré mirado a ese/a niño/a de manera inadecuada?”

Las obsesiones pueden tratarse también de imágenes intrusivas de contenido sexual desagradable y en algunas ocasiones pueden llegar a aparecer sensaciones y/o impulsos que generan aún mayor malestar y duda.

La persona suele evitar situaciones, personas, animales u objetos relacionados con la obsesión. Es frecuente evitar a familiares, niños/as, parques infantiles, ir a la playa, mantener relaciones sexuales con la pareja, etc.

Son obsesiones respecto a padecer una o varias enfermedades graves. La persona siente un intenso miedo a la posibilidad de tener una o varias enfermedades y presta excesiva atención a su cuerpo y sensaciones corporales.

Algunos ejemplos de obsesiones son:

– “¿Y si tengo enfermedad de Crohn?”

– Al notar movimiento en el estómago aparece la duda “¿y si tengo cáncer de estómago?”

– Al notar dolor en la pierna aparece la duda “¿y si tengo un trombo?”

– “¿Y si tengo un cáncer de pulmón?”

– “¿Y si tengo problemas de corazón?”

Pueden aparecer también imágenes, como por ejemplo en las que la persona se ve gravemente enferma. Las sensaciones corporales son también frecuentes, como por ejemplo: sensación de presión en la cabeza, sensación de falta de aire, sensación en el abdomen, etc.

El temor principal es contaminarse o contagiarse por:

– Fluidos corporales (orina, heces, sangre, semen…)

– Gérmenes/virus (herpes, VIH…)

– Contaminantes ambientales (asbesto/uralita, radiación…)

– Productos químicos domésticos (limpiadores, disolventes…)

– Suciedad

La persona evita el contacto con posibles contaminantes (baños, pomos de puerta, personas enfermas…) y realiza rituales o compulsiones de limpieza frecuentes y muy elaborados, lo cual les requiere mucho tiempo e interfiere con otras actividades diarias.

La persona necesita que las cosas sean o estén “perfectas”. Se siente un elevado malestar ante la posibilidad de no cumplir con ese estándar de perfección. Este perfeccionismo puede presentarse en un solo ámbito de la vida o en varios, llegando a generar malestar intenso. La persona se siente empujada a realizar una serie de compulsiones para asegurarse de que algo está perfecto o de la manera que considera correcta.

Algunos ejemplos son:

-Preocupación por la uniformidad o la exactitud 

(preocupación excesiva porque lo que escriba esté correctamente expresado, porque no haya ningún tachón en los apuntes, etc.)

-Preocupación por saber o recordar (necesidad de recordar fechas, repasar mentalmente el conocimiento aprendido, etc.) 

-Miedo a perder u olvidar información importante (en este caso la persona suele acumular excesivas anotaciones y/o post-its a modo de recordatorio de tareas)

La persona se obsesiona con las propias funciones corporales como tragar, respirar, parpadear, las pulsaciones, o con partes del cuerpo como la nariz o las manos propias o de otras personas. Quien sufre estas obsesiones no puede dejar de centrarse en una o varias de estas funciones o partes del cuerpo, convirtiéndose en una gran distracción en su día a día y generándole intenso malestar. Algunos ejemplos son:

– “¿Estoy respirando?”

– “¿Y si nunca puedo dejar de estar atento a parpadear?”

– “¿Se me habrá olvidado cómo respirar sin estar pendiente?”

– “¿Se me habrá olvidado como tragar?”

– “¿Tengo el corazón demasiado acelerado?”

La persona tiene pensamientos repetitivos relacionados con el miedo a haber ofendido a alguien o a Dios, o a no tener un comportamiento lo suficientemente bueno y moralmente aceptable.

Algunos ejemplos de pensamientos son:

– “¿Habré ofendido a esta persona por lo que he dicho?”

– “¿Y si se me olvidó saludar y piensan mal de mí?”

– “¿Y si he hablado bruscamente a mis padres?”

– “¿Y si he blasfemado sin darme cuenta?”

– “¿Habré ofendido a Dios?”

– “¿Iré al infierno por estar pecando?”

Se trata de dudas constantes acerca de la relación de pareja, las relaciones de amistad, relaciones paterno-filiales o la relación de uno mismo con Dios.

Lo más frecuente es que estas obsesiones se centren en la pareja. La persona duda constantemente de si quiere lo suficiente a su pareja, si la relación es lo suficientemente buena o si su pareja es lo suficientemente buena. A menudo estas obsesiones también se centran en características o defectos físicos de la pareja.

Algunos ejemplos de obsesiones son:

– “¿Y si no le quiero lo suficiente?”

– “¿Y si no me atrae lo suficiente?”

– ”¿Y si no es lo suficientemente atractivo/a?”

– ”Si no me gusta su nariz será que no le quiero”

– “¿Y si no es lo suficientemente bueno/a para mí?”

– “¿Y si él/ella no me quiere lo suficiente?”

– “Si otra persona me resulta atractiva, ¿será que quiero serle infiel?”

Pueden aparecer también imágenes y sensaciones de rechazo hacia la pareja, así como la sensación de no sentir lo suficiente. Este tipo de obsesiones pueden afectar al deseo sexual y a la relación de pareja.

La persona siente la necesidad de colocar u ordenar objetos de una determinada manera. Si los objetos no se encuentran colocados en un orden determinado y/o de manera simétrica siente ansiedad.

Los rituales o compulsiones que se realizan son por lo tanto rituales de orden que pueden comprender un solo aspecto o lugar o pueden extenderse a diferentes lugares de la casa o el lugar de trabajo.

Por ejemplo:

– Colocar los objetos en la mesa de una manera determinada, que los muebles del salón estén perfectamente alineados, que la ropa quede perfectamente doblada, colocar las pinzas de la ropa en el tendedero en un orden concreto, etc.

La persona teme que ocurra una catástrofe si no se asegura de haber hecho algo de lo que era responsable.

Algunos ejemplos son:

– Que roben en casa por no haber cerrado la puerta. 

– Que haya una fuga de gas por no haber cerrado el gas.

– Que ocurra un incendio por haber dejado algo enchufado, etc.

Los rituales o compulsiones que se realizan son por tanto comprobaciones excesivas para evitar que ocurra esa catástrofe temida y disminuir la ansiedad. Mientras mayor es la ansiedad más comprobaciones necesita la persona para relajarse, por lo que estos rituales de comprobación pueden llegar a quitar mucho tiempo en el día a día.

Consiste en la presencia de pensamientos intrusivos acerca de ser transexual o transgénero. Estos pensamientos generan dudas repetitivas acerca de la propia identidad sexual y/o de género.

Este tipo de obsesiones se distinguen porque la sola idea de pertenecer a otro género produce un intenso miedo y ansiedad. Estas obsesiones pueden surgir en personas de cualquier orientación sexual. 

Algunos ejemplos de estas obsesiones son:

– “¿Y si soy transexual?”  

– “¿Y si en verdad quiero ser mujer/hombre?”

– “Si esa mujer/hombre me ha parecido guapa/o ¿será que yo quiero ser una mujer/hombre?”

– “Si no me gusta la ropa femenina, ¿será que en verdad quiero ser un hombre?”

– ”Si me gusta el maquillaje, ¿seré en verdad una mujer?”

Pueden aparecer también imágenes de uno mismo con características físicas del sexo contrario o comportándose/vistiendo según los estereotipos del género contrario. Estas imágenes al igual que los pensamientos generan malestar en la persona.

La persona se obsesiona con cuestiones filosóficas y dudas existenciales. Se trata de dudas  intrusivas y repetitivas de tipo filosófico/existencialista y que no tienen una respuesta concreta, por lo que generan angustia y miedo. Estas dudas suelen tener que ver con el sentido de la vida, la existencia, el universo o la muerte. Quienes sufren estas obsesiones no pueden dejar de darle vueltas a estas preguntas.

Algunos ejemplos son:

– “¿Cuál es el sentido de la vida?”  

– “¿Qué significa existir?”

– “¿Y si no hay nada después de la muerte?”

– “Algún día voy a morir”

– “¿Cómo sé que soy real?”

– “¿Qué significa que el universo sea infinito?”

La persona piensa o siente que algo malo puede ocurrir si no realiza cierta conducta o ritual. Esta conducta es la compulsión y no guarda una relación lógica con el suceso que se quiere prevenir. La persona siente una necesidad de realizar esta compulsión debido a la elevada ansiedad que le genera la idea de que pueda ocurrir aquello que teme.

La idea de que algo malo va a ocurrir puede surgir en cualquier momento o ligada a determinados objetos, números, palabras y/o colores. En este caso, la persona contrarresta ante éstos  realizando la compulsión o ritual. 

Algunos ejemplos de obsesiones y compulsiones son:

-Al ver determinado número siento que “se me pega” la mala suerte, así que pienso en otro número para que evitar tener mala suerte.

-Al ver determinada palabra pienso que algo malo va a pasar, así que repito varias veces la palabra contraria para evitar que ocurra.

-Llega a mi mente la idea de que “mi padre va a tener un accidente”, por lo que doy varios golpecitos sobre la mesa para que no ocurra.

-Al salir de la habitación llega la idea “le va a ocurrir algo malo a mi hermano”, de modo que vuelvo a entrar y salir de la habitación pensando lo contrario para que no ocurra.

Los rituales o compulsiones que se realizan pueden ser muy variados y pueden realizarse varios  en cada ocasión.

La persona siente miedo a poder “volverse loca” o padecer una enfermedad mental grave. Pueden llegar a sentirse sensaciones de despersonalización y/o desrealización que refuerzan la idea de que se uno está “perdiendo la cabeza” o “volviéndose loco”.

 Algunos ejemplos son:

– “¿Y si desarrollo esquizofrenia?”

– “¿Y si pierdo la cabeza?»

– “¿Y si me vuelvo loco/a?”

– ”¿Y si tengo psicosis?”

– “¿Y si me tienen que ingresar en un psiquiátrico?”

– “¿Y si llegara a tener depresión grave?”

Tratamiento del TOC

Del TOC se sale. Para ello aplicamos técnicas validadas científicamente en miles de casos como el tuyo.

terapia cognitivo conductual

Terapia Cognitivo-Conductual

Dentro de esta orientación o corriente disponemos de una variedad de técnicas específicas para cada problema o trastorno. Cada una de estas técnicas ha sido validada científicamente como eficaz para cada problema.

técnica EPR

Exposición con Prevención de Respuesta (EPR)

Dentro de la Terapia Cognitivo-Conductual, la EPR es la única técnica científicamente probada eficaz para la disminución y/o remisión de los síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo y problemas relacionados. 

técnica mindfullness

Terapia de Aceptación y Compromiso, Mindfulness

Contribuye a la mejor gestión de los pensamientos y emociones, mejorando la capacidad de conectar con el aquí y ahora.

Se aplica más adelante en el proceso terapéutico, una vez que los síntomas TOC han disminuido tras aplicar la EPR.

Preguntas frecuentes sobre el TOC

No, en un porcentaje muy amplio de los casos podemos conseguir la remisión de los síntomas con la terapia adecuada y adquirir las herramientas necesarias para gestionar la posible aparición de los mismos en un futuro. Una vez aprendida e interiorizada la técnica adecuada la podemos utilizar en cualquier momento para no volver a caer en el círculo vicioso del TOC.

Sin terapia, el TOC tiende a ser crónico y de curso episódico, es decir, a aparecer por periodos a lo largo de la vida.

 Son pensamientos, imágenes, sensaciones o impulsos que ocurren una y otra vez y están fuera del control de la persona.

•  La persona no quiere tener esas ideas, son involuntarias.

•  Son desagradables, generan malestar y ansiedad elevada. En algunos casos pueden llegar a experimentarse crisis de ansiedad.

•  Ocupan mucho tiempo en el día, afectando a diferentes áreas de la vida: personal, relaciones sociales y familiares, trabajo, etc.

•  Las obsesiones pueden ser de todo tipo o temática.

  • Son conductas, rituales o pensamientos que la persona trae a su mente con los que  intenta rechazar, contrarrestar, o quitar las obsesiones.
  • Se trata de una solución temporal. La compulsión no hace que la obsesión deje de llegar, pero la persona depende de la compulsión como un escape temporal de la ansiedad.
  • En muchos casos están tan automatizadas que la persona no se da cuenta de que las realiza.
  • La evitación de situaciones, personas u objetos que disparan las obsesiones también es una compulsión.
  • Dependiendo de la obsesión, las compulsiones pueden consistir en: rituales de limpieza, comprobaciones excesivas, colocar y reordenar objetos, repetición de actividades cotidianas, repetición de movimientos, contradecir mentalmente la obsesión, preguntar o “confesar” a otras personas sus pensamientos o dudas para obtener alivio, consultar en internet constantemente acerca de sus pensamientos o dudas para encontrar una solución o respuesta, sustituir mentalmente un número “malo” por uno “bueno”, una palabra “mala” por una “buena” o un pensamiento “malo” por uno “bueno”, repetición mental de palabras, frases o números un número determinado de veces, etc.

No, quien sufre obsesiones siempre va a realizar alguna conducta o acto mental para aliviar, rechazar o paliar la obsesión. Puedes creer que no realizas compulsiones ya que, sobre todo en el caso de las compulsiones mentales, pasan desapercibidas porque se realizan de forma muy automática y no son visibles externamente.

La evitación de situaciones, personas y objetos también es una forma de compulsión, ya que el objetivo de evitar es no enfrentarnos a aquello que nos genera miedo y ansiedad.

Los síntomas experimentados deben tener una frecuencia elevada y consumir bastante tiempo en el día, interponiéndose en las  actividades de la vida diaria y generando malestar en la persona.

Es habitual que personas que no sufren TOC experimenten pensamientos intrusivos no deseados de vez en cuando. Estos pensamientos pueden ser desagradables, pero es un malestar momentáneo y el pensamiento no vuelve a repetirse de manera constante. En una persona que sufre TOC estos pensamientos intrusivos aparecen con frecuencia y generan una ansiedad que se interpone en su funcionamiento diario; es entonces cuando hablamos de obsesiones.

Como ocurre con las obsesiones, no todos los comportamientos repetitivos o rituales son compulsiones. Si el ritual o rutina que hacemos tiene un propósito que no es el de aliviar la ansiedad o es acorde al contexto, es poco probable que ésta sea una compulsión, como por ejemplo las rutinas de estudio, rutinas antes de acostarse o doblar ropa varias horas al día porque se trabaja en una tienda de moda.

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo afecta de igual manera a mujeres, hombres y niños en todo el mundo, sin importar la raza, la cultura o el nivel socioeconómico. Los síntomas pueden aparecer tanto en la infancia como en la adultez, aunque hay dos rangos de edad en los que tienden a presentarse: alrededor de los 8-12 años; y en la adolescencia y comienzo de la edad adulta.

Actualmente en España se estima que un 2-3% de la población sufre Trastorno Obsesivo-Compulsivo, siendo uno de los trastornos mentales más prevalentes.

En cuanto a la causa, actualmente se habla de una causa multifactorial, es decir, en su inicio y mantenimiento contribuyen diversos factores, tanto genéticos, como ambientales y de aprendizaje.

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