Llegue a las sesiones habiendo perdido toda la confianza en mi misma, pensando que no iba a ser capaz de volver a ser yo, confiada en mi misma. Llegue con la sensación de que no iba a volver a ser capaz de irme de casa, aunque fueses solo para un día. Al principio me costó mucho conseguir un algún avance y sentía que igual estaba perdiendo dinero, tiempo y salud, pero poco a poco me fui dando cuenta que todo lleva su tiempo y trabajando iba a conseguir salir de ese bache en el que me encontraba. La ayuda de mis padres también fue crucial para que poco a poco fuese mejorando.
El día que tenía que dormir sola en Huesca, me lo tomé como un reto. Tenía miedo, pero sobre todo quería hacerlo para darme cuenta si de verdad todo lo que me estaba esforzando estaba sirviendo para volver a ser la misma persona que antes. Fue un día muy feliz para mí.
Cuando llegó el día de decidir que estudiar sentí que lo que de verdad quería era estar en Soria haciendo enfermería, pero no por miedo, sino porque es lo que de verdad quería. Algo que cuando empecé con las sesiones no iba a poder ser capaz de hacer.
Todo este tiempo me ha servido no solo para volver a confiar en mi misma y saber que todo lo que me proponga voy a ser capaz de cumplirlo si me esfuerzo, sino también me he dado cuenta que lo que verdaderamente importa soy yo y que tengo que valorarme más y sobre todo valorarme antes que a los demás. He aprendido que cada cosa lleva su tiempo y que intentar reducir ese tiempo solo va a traerme ansiedad y malestar. Ya no le tengo miedo a la ansiedad porque he aprendido las herramientas necesarias para enfrentarme a ella y superarla.