Sí. Es completamente normal.
Y no solo normal: es muy habitual.
Pero eso no lo hace menos inquietante.
Uno de los síntomas más desconcertantes de la ansiedad es que se manifiesta físicamente. No es “todo mental”. Tu cuerpo responde con síntomas reales, visibles y, a veces, tan intensos que puedes pensar que estás enfermo/a de verdad.
¿Por qué la ansiedad se siente así?
La ansiedad activa el sistema de alerta del cuerpo, como si estuvieras en peligro real. Cuando eso pasa, se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol, que provocan una serie de reacciones físicas automáticas. No puedes evitarlas, porque tu cuerpo cree que necesita prepararse para huir o luchar.
Eso se traduce en síntomas como:
- Palpitaciones o taquicardia
- Mareos o sensación de inestabilidad
- Tensión muscular y dolor de cuello o espalda
- Náuseas, molestias gastrointestinales
- Hormigueos o sensación de «no sentir bien» el cuerpo
- Visión borrosa, sensación de irrealidad, cansancio extremo
Y lo más desconcertante: estos síntomas se sienten reales porque lo son. No te los estás inventando. Pero no tienen una causa médica grave detrás, sino que son consecuencia de la activación del sistema nervioso ante la ansiedad.
¿Qué pasa cuando esto ocurre?
Muchas personas se asustan, y con razón. A veces, esta ansiedad física lleva a pensar:
- “¿Y si me está pasando algo grave?”
- “¿Y si no es ansiedad, sino una enfermedad que no han detectado?”
- “¿Y si esta vez sí es real?”
Y así se entra en un círculo de miedo y síntomas: cuanto más miedo tienes, más síntomas aparecen. Y cuanto más síntomas, más miedo.
Esto es especialmente común en el TOC de salud o hipocondría, pero puede aparecer en cualquier tipo de ansiedad.
¿Qué hacer si te pasa?
- Valida lo que sientes. Lo que sientes es real. Pero real no significa peligroso.
- Consulta si es necesario. Si tienes dudas, descartar una causa médica puede ayudarte a quedarte más tranquilo/a. Pero no entres en el bucle de hacerte pruebas constantemente.
- Recuerda: los síntomas no son señal de enfermedad, sino de activación. Tu cuerpo no está roto: está en alerta. Y podemos enseñarle a bajar ese nivel.
- Busca apoyo psicológico. Un tratamiento adecuado te ayudará a entender, manejar y disminuir tanto la ansiedad como sus manifestaciones físicas.
En resumen:
Sí, la ansiedad puede parecer una enfermedad física. Pero no lo es. Tu cuerpo habla, y cuando lo hace, merece que lo escuchemos con compasión y sin pánico.
Desde Más que TOC, queremos recordarte que el Trastorno Obsesivo Compulsivo tiene tratamiento y recurrir a terapia siempre será de gran ayuda.
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